MARVEL GOLD: LA IMPOSIBLE PATRULLA-X – SEGUNDA GÉNESIS
| 17 de noviembre de 2022Firmado por: El Reseñador
Aunque parezca mentira, hubo un tiempo en el que los X-Men no eran una gigantesca máquina de hacer dinero. No tenían mil colecciones interconectadas, no se habían rodado una docena de películas basadas en ellos y tampoco encontrabas juegos de mesa con su marca bien visible en la caja.
Podías seguir sus aventuras mes a mes sin verte obligado a pedir un crédito o rehipotecar la casa, y eso es bueno, pero el problema era que los Homo superiores apenas vendían tebeos. De hecho, la única cabecera mutante que existía estaba a punto de ser cancelada, a pesar de que tras ella estaban los arquitectos de casi todo el puñetero Universo Marvel.
Tendrían que pasar más de diez años desde su lanzamiento para que la franquicia, renovada tanto en su equipo creativo como en su concepto, acabara por convertirse en la más poderosa de la Casa de las Ideas. Todo ese periodo de gloria está recopilado en gruesos tomos de felicidad impresa, dentro del sello Marvel Gold de Panini. Y bien merece unos parrafillos. Porque, si has vivido en una cueva hasta ahora y no conoces este material, te estás perdiendo algo bueno.
A LA SEGUNDA VA LA VENCIDA
Corría el año 1963 cuando Stan Lee y Jack Kirby concebían The X-Men (La Patrulla-X para los que tenemos canas en el bigote), una nueva colección de superhéroes que se diferenciaba de las demás por sus protagonistas. Estos no habían adquirido sus poderes mediante un accidente o un experimento, sino que poseían unos genes que hacían que los llevaran de serie. Eran, pues, mutantes, una nueva rama evolutiva, detalle este que pretendía emparentarlos con la ciencia ficción. No obstante, el invento no cuajó y la cancelación acabó llegando en 1970.
Fue el empeño de un joven editor llamado Roy Thomas lo que permitió que la patrulla tuviera una segunda oportunidad cinco años después. Thomas tenía un plan, y este pasaba por cambiar la alineación oficial del grupo, dotándola de personajes procedentes de diferentes rincones del planeta. La idea era que eso facilitara las ventas fuera de Estados Unidos. Siempre caprichoso, el destino quiso que tanto Thomas como Mike Friedrich, el guionista elegido para llevar a cabo la tarea, se cayeran del proyecto antes de empezar.
Y hete aquí que llegó Len Wein y se puso a trabajar con el dibujante Dave Cockrum, que tenía un par de diseños de personajes nuevos en su cuaderno desde hacía la torta de años. Lo demás es historia.
INCLUSIÓN Y DIVERSIDAD, MUCHO ANTES DE QUE NADIE SE PREOCUPARA POR ELLAS
Teclados mejores que el mío han vertido ya chorros de caracteres sobre la importancia de esta etapa para que te descubra nada. De hecho, si te compras este maravilloso armatoste encontrarás una buena cantidad de interesantes artículos que suman valor a la edición, así que no te voy a dar mucho la paliza. Baste decir que estas historietas se adelantaron décadas a su tiempo en muchas cosas. No solo tenemos un equipo internacional y multirracial de superhéroes, sino que los personajes femeninos son todavía más capaces y poderosos que los masculinos. Nadie se queda atrás, venga de donde venga y sea como sea. Hablamos de 1975, te recuerdo.
El argumento básico que da pie al reinicio es el siguiente: el grupo original de los X-Men está en apuros y el profesor Xavier va a verse obligado a reclutar uno nuevo para rescatarlos. La alineación irá cambiando. Personajes nuevos vendrán, viejos se marcharán y, poco a poco, entran y salen otros de la colección, a medida que se lía la madeja.
Y lo mismo va a pasar con sus responsables. Wein no tarda en dejar paso a un Chris Claremont que pronto empieza a demostrar una especial sensibilidad literaria. Por su parte, Cockrum diseña (o «rediseña») a los personajes, establece el estilo y sienta las bases para que, cuando llegue John Bryne, solo tenga que dejarse llevar y dar lo mejor de sí. Dos chavales de veinticinco años al frente y la calidad no hace otra cosa que mejorar número a número. Todavía hoy, esa progresión te deja con el culo pegado a la butaca.
CONCLUSIÓN
Aquí arranca una etapa histórica para Marvel. Y sin embargo eso no es lo importante. Lo que importa es que tienes casi seiscientas páginas del mejor y más entretenido cómic de superhéroes de todos los tiempos. Han pasado casi cincuenta años y este material todavía conserva buena parte de su frescura. Además, el contenido es variado: acción, melodrama, aventura espacial, juggernauts imparables, circos infernales, dinosaurios, villanos icónicos apabullando al personal en splash pages para el recuerdo. Y cientos de esas pequeñas cosas que hacen que la vida valga la pena. Si te gustan los superhéroes, necesitas este tomo en tu estantería incluso aunque no lo sepas.
LO MEJOR
- Que solo sea el principio.
- Los números del puñetero John Byrne en la Tierra Salvaje. Canela en rama.
- El papel de los primeros Marvel Gold es poroso, lo que hace que el tochal pese mucho menos de lo que aparenta. A la hora de leer se agradece. ¿Todavía no te duelen las articulaciones? Ese día llegará. Te lo aseguro.
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LO PEOR
- Si eres relativamente joven, el arranque te puede resultar un poco «añejo», hasta que Wein se hace a un lado y Claremont pilla inercia.
- Que Dave Cockurm fuera tan bueno, pero se viera eclipsado para el público por un Byrne que estaba a punto de explotar como dibujante a niveles muy, muy serios.
- El papel poroso tiene un inconveniente que en el satinado se nota menos: sufre más el desgaste y amarillea con mayor facilidad. Si fumas en pipa, la cosa es incluso peor. Los reseñadores rancios tenemos esos vicios nocivos. Tú evítalos. No hagas las mismas idioteces que nosotros. Cómete la verdura y lleva una vida sana.
NOTA: 8 – Muy bueno
Un Clásico (con mayúscula mayestática) del mejor pijameo de todos los tiempos. La palabra «imprescindible» se usa con mucha ligereza, pero en este caso es puñeteramente cierta.